Por "aumentar significativamente nuestra comprensión del papel de los bancos en la economía"

Nobel de Economía para Ben Bernanke, galardonado con el XIII Premio Fronteras del Conocimiento en 2021

El profesor Ben Bernanke, galardonado con el XIII Premio Fronteras del Conocimiento en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas, ha ganado el Nobel de Economía 2022, junto con Douglas Diamond y Philip Dybig, por “aumentar significativamente nuestra comprensión del papel de los bancos en la economía, en particular durante las crisis financieras”, según ha resaltado el fallo de la Academia Sueca. Bernanke, Distinguished Fellow in Residence en el programa de Estudios Económicos de The Brookings Institution (Washington, D.C.), recibió en 2021 el Premio Fronteras junto con Mark Gertler (Universidad de Nueva York), Nobuhiro Kiyotaki (Universidad de Princeton) y John Moore (Universidad de Edimburgo), “por sus contribuciones fundamentales al entendimiento de cómo las imperfecciones de los mercados financieros pueden amplificar las fluctuaciones macroeconómicas y generar profundas recesiones”, en palabras del jurado.

10 octubre, 2022

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Ben Bernanke

“En los últimos 15 años”, señaló el jurado del Premio Fronteras del Conocimiento, “las economías avanzadas han sido golpeadas por fuertes shocks macroeconómicos que han surgido del ámbito financiero. En 2008, impulsadas por el exceso de liquidez proveniente de países emergentes y por una supervisión laxa, muchas instituciones financieras de las economías avanzadas habían seguido una estrategia de beneficios a corto plazo y asumieron grandes riesgos: invirtiendo en burbujas inmobiliarias con préstamos a corto plazo y exponiéndose a instituciones financieras poco capitalizadas. Los gobiernos y bancos centrales tuvieron que rescatar a un sector financiero que estaba a punto de implosionar y no hubiera sido capaz de realizar sus funciones principales: servir a los depositantes minoristas, prestar a pequeñas y medianas empresas y gestionar un sistema fluido de pagos”.

El jurado destacó también que “lo que tienen en común la Gran Recesión, la crisis de deuda europea y la actual recesión Covid son unos balances débiles” en las empresas, financieras y no financieras. “Los efectos macroeconómicos de unos balances débiles habían sido enormemente ignorados antes de los años 90 del siglo XX a pesar de que su importancia es crucial”.

Esa importancia quedó clara en el paper del profesor Bernanke,  “Agency Costs, Collateral, and Business Fluctuations“, publicado junto con Mark Gertler en 1989 en la prestigiosa revista American Economic Review. En él desarrollan un modelo que demuestra que si una empresa debe salir a captar financiación en el mercado, el estado en que se encuentra su balance es clave: si la empresa presenta una situación financiera débil, aumentará la prima que debe pagar por la financiación, lo que reducirá su capacidad de adquirir préstamos y, por tanto, su inversión y, de modo crucial, su actividad productiva. Esa reducción de la actividad arrastrará a la baja los flujos de caja y el precio de sus activos y el capital, lo que derivará en un mayor deterioro del balance. Se produce así un “bucle fatal”, en términos del jurado, que hace que ese pequeño shock inicial en los estados financieros de las empresas (por un ajuste en la producción, por ejemplo) derive en una retroalimentación que puede desencadenar una crisis.

El sustento de medidas poco ortodoxas contra las crisis financieras

En sus trabajos subsiguientes, Bernanke introdujo el canal crediticio, el efecto amplificador que las dinámicas de préstamos de los bancos añaden a ese bucle negativo: los bancos, a la hora de valorar una operación, tienen en cuenta el valor de las inversiones a financiar, pero también el ciclo económico y los estados financieros de las empresas que piden los préstamos. Los balances de las empresas, por tanto, ya deteriorados por el impacto de la crisis extendida a la economía real, dificultan la financiación de las empresas en el canal bancario, agregando ese nuevo efecto multiplicador de retroalimentación. Este canal, según detalló el acta del Premio Fronteras, “muestra cómo los bancos débiles llevan a una crisis crediticia, en la que las compañías frágiles (pequeñas y medianas empresas) que dependen de su relación con los bancos sufren”.

Tal y como resaltó el jurado del Premio Fronteras, el trabajo de Bernanke impulsó “una vasta literatura que se expandió con especial rapidez después de que las grandes crisis financieras de 2008 demostraran con claridad la relevancia de sus ideas. Gracias a sus contribuciones, hoy es habitual que los economistas analicen las implicaciones que los balances de las empresas tienen en la política monetaria, para los controles de capital, para comprender el papel de la banca en la sombra –y sus peligros asociados– y para las reformas regulatorias prudenciales”.

Todo ese trabajo investigador sirvió como sustento argumental a las medidas poco ortodoxas (no convencionales), de flexibilización cuantitativa, que se aplicaron para luchar contra esas crisis.  Así lo corroboró tras ganar el Premio Fronteras el propio Bernanke, quien en aquel entonces presidía la Reserva Federal norteamericana y se tuvo que enfrentar a los efectos devastadores de los mecanismos económicos que había descrito en sus modelos años antes.

“Sí, absolutamente, [nuestra investigación sirvió de apoyo académico a las decisiones que tomé cuando era presidente de la Reserva Federal]”, explicó Bernanke. “Ahora ya no nos acordamos, pero había muchas personas durante aquella crisis que argumentaban que aquello era un problema de Wall Street, que no era un problema para el resto de la economía. Yo estaba convencido de que una gran inestabilidad en el sistema financiero, incluyendo el colapso de una gran empresa, sería destructivo no sólo para los inversores y empresas de Wall Street, sino que tendría enormes implicaciones para toda la economía”. Una percepción, concluye, basada en sus trabajos de investigación, que “subrayaba la importancia de intentar estabilizar el sistema financiero para evitar las implicaciones para la economía en general, que de hecho vimos cuando la crisis empeoró en 2008. Así que éste fue un principio muy importante que intenté llevar a la práctica”.